Culminó el XII Congreso de la UJC. Mis esperanzas y preocupaciones ante las crisis que vivimos…

MIS EXPERIENCIAS DEL MOMENTO 178.

Vuelvo a escribir al respecto del XII Congreso de la UJC. En esta ocasión lo hago de su culminación y del desafío que significa haberlo realizado en medio de las crisis que vivimos que, en mi criterio muy personal, como nunca antes ponen en peligro la subsistencia de la Revolución cubana.

Considero que no ha habido para Cuba nada más importante en los últimos días, porque de la juventud depende mucho de lo que necesitamos para sobrevivir en momentos tan complicados y difíciles como los actuales.  Siento que hay quienes no piensan igual yo sobre el hecho, por eso quiero insistir en mis criterios.

Vivimos en una etapa de recrudecimiento del Bloqueo imperialista y de la Guerra Económica de cuarta generación que nos perpetra el Imperio y sus secuaces; en el que nuestros propios errores adquieren, además una mayor importancia negativa esencial. Olvidarse pues, del papel de la juventud en estos momentos sería nefasto en mi criterio y considero que el XII Congreso ha significado también entre otras cuestiones esenciales un llamado de atención de que con los jóvenes hay que contar siempre en primera instancia.  

Así lo pienso y así quiero expresarlo abiertamente, porque sin los jóvenes no podríamos vencer; y, con los jóvenes saldremos adelante, porque la Revolución de Fidel ha sido una Revolución histórica de los jóvenes cubanos, para hacer valer y fortalecer la independencia de la Patria en continuación de Céspedes; Martí, Maceo y los demás proceres cubanos.

En especial este 2024 tiene mucha importancia, porque es un año electoral en los Estados Unidos en el que juegan “electoreramente” con el tema Cuba. El candidato por el momento el más ranqueado Donald Trump, anuncia que si gana las elecciones pondrá “manos duras con Cuba”. Vaya campaña electoral de la que nos quedan tan solo unos pocos meses para de nuevo enfrentarnos a un fortalecimiento más de lo que el Norte Revuelto y Brutal espera hacernos.

En estas circunstancias, no puedo dejar de referirme a las esperanzas que me suscita el Congreso y las preocupaciones que a la par experimento conjuntamente. En mis anteriores artículos he escrito sobre mis vivencias en mi paso por la UJC, pero en este quiero hacerlo especialmente a partir del momento que estamos viviendo.

Hay una verdadera cadena de insuficiencias y no cumplimientos en la que con los jóvenes y lo acordado en su Congreso, si queremos sobrevivir tenemos que contar para enfrentarla. De eso dependerá mucho todo lo que tenemos que hacer en adelante. No es un simple alarmismo lo que expreso. Es una realidad dura y aguda a la que nos enfrentamos.

Así lo pienso y así lo expreso con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.