MIS SENTIMIENTOS A 60 AÑOS DEL 4 DE ABRIL…Pido licencia para no olvidar…

MI COMENTARIO DEL DÍA. Olvidar la Historia vivida es como comenzar a morir…

Nunca pude imaginarme que iba a llegar vivo a un aniversario 60 de la Fundación de la UJC, a la que le entregué buena parte de mi juventud revolucionaria, privilegio de la vida y de la Historia.

Así quiero confesar, que no pude pensarlo en su significado existencial que hoy tiene cuando tan solo faltan unos pocos días,  y que puedo y debo testimoniarlo en toda su significación, cuando en 1964 me envió la Dirección de la Revolución de entonces a trabajar en la dirección de la Organización política de la Juventud Cubana junto con Miguel Martín, Roberto Ogando y un grupo de cuadros jóvenes de las ORIs, algunos de los cuales habíamos estudiado los primeros cursos básicos de la Escuela Nacional de Instrucción Revolucionaria Ñico López. Fue un momento trascendental de la Historia de la UJC en la lucha contra el sectarismo proclamada por Fidel entonces, en la que nos propusimos convocar y realizar las Asambleas masivas de “jóvenes ejemplares” en concordancia con las de “trabajadores ejemplares” que había orientado Fidel para construir el Partido, PURSC.  

Escribo en circunstancias y momentos que ya muchos no están vivos y no puedo olvidarlos en estos días de conmemoraciones felices por lo mucho que lucharon, hicieron y resistieron para lograr la UJC de hoy. Quiero pues, comenzar recordándolos antes de marcharme junto a ellos a la eternidad de la vida terrenal a que todos un día vamos a ir.

Las ORIs, eran entonces la Organización unitaria de las tres fuerzas políticas de la Revolución cubana, gestada después del triunfo en Playa Girón (Movimiento 26 de Julio; Partido Socialista Popular; y el Directorio Revolucionario) que estaba en aquellos momentos sensiblemente dañada por el sectarismo. Me enorgullece, además ser un “Fundador” y en aquellos días luminosos, me desempeñaba como un “constructor del Partido” mediante la realización de las “Asambleas de Trabajadores ejemplares”, método planteado por Fidel para reestructurar a las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) y transformarlas en el Partido Unido de la Revolución Socialista PURSC sin aquel sectarismo que tanto daño nos había hecho, realizadas después y como resultado de su crítica esencial al “Sectarismo” que se había desarrollado en su vida interna. Guardo con especial cariño algunos documentos básicos de entones.

Realmente el transcurso del tiempo crea circunstancias muy especiales para quienes disfrutamos de una larga vida durante la cual hemos podido realizar sueños y aspiraciones esenciales que nos convierten en veteranos, participantes y testigos ocasionalmente de excepción, de un proceso revolucionario como es la Revolución cubana.

Mis sentimientos en esta conmemoración juvenil histórica me impulsan a escribirlos para dejar constancia, que no se pierdan en el tiempo; y queden como parte esencial de mi conmemoración de este 4 de abril 2022, con mis 83 años vividos cuando aún puedo hacerlo pasando por encima de mis achaques momentáneos. Pido, en consecuencia, licencia para no olvidar y recordar la fecha como si fuera ayer, porque olvidar y/o desentenderse de la Historia vivida es como comenzar a morir. Y como revolucionario cubano no tengo en realidad “Tiempo para morir” (1) definitivamente, sin quedar vivo para siempre en el recuerdo de las luchas que hicimos que continúan y continuarán nuestros relevos de hoy.

A ellos que son la continuidad, debemos contarles la historia de las luchas, los sufrimientos, la sangre y los sacrificios con que se ha hecho la Revolución cubana que Fidel encabezó genialmente con audacia excepcional como discípulo principal de nuestro Apóstol José Martí. Esto no salió de la nada y tiene muchos mártires y veteranos que como dicen los versos de Bonifacio Byrne que nos recordó Camilo Cienfuegos; y, cito de corrido: Si desecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día, nuestros muertos alzando los brazos la sabrán defender todavía.

Finalmente, con mucho sentimiento existencial quiero recordarle a los que hoy son jóvenes, que un día ellos serán también los viejos veteranos que hoy somos nosotros, y que nunca deberían olvidarnos.

Así lo siento, y así lo pienso y quiero testimoniarlo con cierta urgencia existencial, en mi derecho a opinar con mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.

1. SIN TIEMPO PARA MORIR, novela Testimonio personal publicada por la Editorial Nueva Utopía de Madrid 1999.